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El especialista en sociología de la religión y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Cristián Parker, señala que la liturgia de fiestas patrias, en la que participan autoridades del país, es la oportunidad para que la institución religiosa entregue una señal potente a la ciudadanía frente a los casos de abusos sexuales, renovando al arzobispo de Santiago en una ceremonia de alta connotación pública. “Sin duda, esta es la crisis más grave de la Iglesia Católica en Chile”, enfatiza.

En calidad de imputado fue citado a declarar el cardenal Ricardo Ezzati, por su eventual responsabilidad encubriendo casos de abuso sexual. La Fiscalía se encuentra investigando a más de 150 religiosos por esta situación. Según la Conferencia Episcopal, hay 43 sacerdotes y clérigos condenados por abusos sexuales al interior de la Iglesia.

En este contexto, el experto en sociología de la religión y académico de la Universidad de Santiago, Dr. Cristián Parker, considera que una señal potente que podría cambiar la percepción de la ciudadanía respecto al quehacer de la institución religiosa en Chile sería que el Te Deum ecuménico no fuera oficiado por el actual arzobispo de Santiago.

“Desde el punto de vista del estado de opinión, le haría muy bien a la Iglesia un cambio en esa perspectiva (que Ezzati renuncie a su cargo) y que un rostro nuevo encabece el Te Deum”, asegura. “Podría marcar un punto de inflexión a la crisis, pero debiera ser acompañado de un conjunto de otras medidas”, afirma.

Para el sociólogo, esta actividad de alta connotación pública, que se realiza el 18 de septiembre y en la que participan las máximas autoridades del país, encabezadas por el Presidente de la República, es una gran oportunidad para que la institución nacional enfrente la que, a su juicio, constituye la peor crisis en su historia.

“Desde el punto de vista del grado de aceptación, opinión favorable y legitimidad, ciertamente es la crisis más grave de la Iglesia Católica en Chile”, insiste. “Esto responde a un contexto de pérdida progresiva de adhesión del catolicismo de los últimos años, además de casos como los de Karadima, que configuran una crisis de credibilidad del catolicismo en Chile de proporciones inauditas”, explica.

Finalmente, estima que la reacción que ha tenido hasta el momento la Iglesia ha sido insuficiente y se ha caracterizado por una falta de autocrítica, lo que ahonda la opinión negativa de la sociedad chilena frente a la jerarquía eclesial. Sin embargo, considera que difícilmente la Iglesia responda a las expectativas en el corto plazo.

“Creo que no sucederá que la Iglesia haga un mea culpa en el Te Deum, salvo que hubiesen medidas anteriores que modifiquen el cuadro actual, pero hasta el momento hay inamovilidad”, afirma. “Para que Ezzati se reste del Te Deum, el Papa tendría que aceptar su renuncia, pero es dudoso que el Vaticano esté en condiciones de hacer aquello. Lo más difícil en la reestructuración de la Iglesia es encontrar reemplazantes a la gran cantidad de obispos que debiera aceptárseles la renuncia”, concluye.