Cada día somos más conscientes de la importancia que tiene la salud, no por nada, ya no importa tanto los años que vamos a vivir sino como que vivamos esos años con la salud suficiente como para disfrutarlos. De modo que es lógico que vigilemos las diversas parcelas de nuestra vida para optimizar el cuidado de nuestro cuerpo, no sólo ya desde un punto de vista estético, que también puede tenerse en cuenta, sino saludable. Para ello, lo mejor es comenzar por prestar atención a nuestra alimentación, algo a lo que quizás no damos la importancia necesaria.
Aunque claro, debemos de reconocer que la alimentación cuenta con varios problemas que la alejan de ser más perfecta, siendo el principal de ellos nuestra vida laboral. En la actualidad, la vida es ante todo frenética, con pocos ratos para disfrutar de un paseo o incluso de una comida, con lo que si a esto le sumamos que la mayoría trabajamos en oficinas o espacios parecidos, normalmente sentados frente a un escritorio, es normal que terminemos comiendo cualquier cosa, sin prestar atención a lo que nos llevamos a la boca. Es cierto que puede parecer que mantener una dieta sana y equilibrada es añadir aún más estrés a una vida de por sí caótica, pero lo cierto es que si nos tomamos una ligera molestia en comer mejor lo notaremos de forma notable.
Una buena dieta no sólo nos ayuda a perder peso y estar más atractivos, sino que también nos hace estar más sanos evitando problemas como el propio sobrepeso o el colesterol alto; aunque del mismo modo, una dieta rica en verduras y frutas frescas también nos hace estar más activos, alegres y positivos. Así que no hay excusa para no comer bien en la oficina. Apúntate los siguientes consejos y tenlos muy presentes.
* La alimentación es sólo el principio. Además de comer bien,llevar una vida activa es primordial. Como ejemplos fáciles y realizables, propongo apuntárse al gimnasio o ir al trabajo en bicicleta.Navegando por Internet,en las páginas de avisos online encontrarás innumerables modelos de bicicletas mucho más económicas que en el mercado. No olvides que el ejercicio es el complemento ideal de una alimentación saludable.
* Opta por la comida casera. La única forma real de comer alimentos sanos y frescos es cocinarlos uno mismo. Intenta ir a la tienda o al mercado de forma habitual, optando siempre por los productos de temporada, especialmente las verduras y las legumbres. Si no te queda más remedio que comer fuera intenta tomar algo liviano, como carne o pescado a la plancha acompañado de ensalada.
* Mantén horarios fijos para comer. Intenta ser lo más ordenado posible con la comida, no variando nunca la horarios en más de media hora. Nuestro cuerpo tiene su propia memoria, y si comemos de forma desordenada entenderá que el alimento es un bien escaso, con lo que intentará almacenar la máxima cantidad de grasas, lo que provoca problemas como el sobrepeso y el aumento del riesgo de infarto.
* Pica entre horas de forma saludable. Tomar un snack es algo recomendable, porque nos ayuda a evitar estar o muy hambriento o muy saciado, lo que provoca desde irritabilidad hasta somnolencia. Aunque eso sí, si vas a tomar algo cada tres o cuatro horas, intenta siempre que sea algo saludable, como una pieza de fruta, nunca piezas de bollería industrial o similares.
* Nunca comas solo. Si te pones a comer sin parar de trabajar frente al ordenador terminarás haciéndolo por inercia, comiendo mucho más de la cuenta. Si al contrario lo haces con compañeros de trabajo, no sólo mejoras las relaciones interpersonales, sino que además espaciarás los bocados para poder charlar, con lo que saborearás mejor los sabores y te saciarás con mucha menos comida.
* Hidrátate mucho. Por último, ten en cuenta que nuestro cuerpo puede ser difícil de entender a veces, algo que sucede especialmente con la sed y el hambre, pues muchas veces terminamos comiendo cuando lo único que quería nuestro cuerpo era agua. Cuando tengas algo de hambre, tómate un vaso de agua para saciarte más, con lo que comerás menos y aprovecharás las cualidades positivas del agua.