Tras largos años de abandono, el templo religioso volverá a abrir sus puertas para la
comunidad que se formó en torno a este importante emblema comunal
Como un importante aporte para el patrimonio comunal de Quilpué, catalogó el alcalde
Mauricio Viñambres, la restauración de la emblemática Capilla Los Perales, vestigio
arquitectónico local que data del siglo XIX y que generó un importante aporte para el
desarrollo para los vecinos de la comuna.
Tras una versión superior a los 600 millones de pesos, financiados por el Gobierno
Regional y la Municipalidad de Quilpué, es que hoy nuevamente el templó volvió a
recobrar su vida, como lo fuera en la época en donde la Congregación del Sagrado
Corazón, Padres Franceses, utilizará estas dependencias para cimentar un seminario de
formación para su gente.
En esta importante ceremonia, participó el Obispo de Valparaíso, Monseñor Gonzalo
Duarte, sumado al padre José Vicente Odriozola, Superior Provincial de la Congregación
Sagrados Corazones, Padres Franceses, y el Senador Ignacio Walker, quienes
acompañaron al alcalde Viñambres, en esta importante hito para la comuna de Quilpué.
“Pensamos en que es parte de la historia de nuestra ciudad, los padres llegaron acá,
trabajaron con la comunidad y se preocuparon de ella, entregando tierras para ellos y esto
en un tiempo quedó ajeno, por lo que toda esta motivación que uno tenía, me llevó a
conversar para ver como recuperábamos este espacio, que sin duda es un Patrimonio, no
solamente en la infraestructura, que es el patrimonio tangible, sino también como uno
intangible”, mencionó el jefe comunal en su discurso.
En tanto, el padre José Vicente Odriozola, destacó el trabajo del alcalde de Quilpué,
agregando que gracias a este, se puedo hacer realidad esta importante obra, por lo que
agradeció en nombre de la congregación a la máxima autoridad comunal. Mismo
reconocimiento entregó el Obispo de Valparaíso, quien recalcó la figura del alcalde
Viñambres, como gran impulsor de este proyecto de restauración
Cabe recordar que en 1986 la propiedad del templo fue traspasada al Obispado de
Valparaíso, que años más tarde encomendaría su administración al Seminario San Rafael.
Fue tras el inexorable paso del tiempo, sumado al terremoto del año 1985, que estas
dependencias quedaron a mal traer, dejándola en un estado de abandono.
Sin embargo, en el año 2010, el alcalde Mauricio Viñambres tomó la decisión de iniciar el
proceso de restauración de este histórico templo, tras sucesivas conversaciones con
párrocos locales y el Obispo de Valparaíso, hecho que finalmente pudo concretarse en el
día de hoy con la inauguración del templo, que en el 2008 fuese declarado como
Monumento Nacional, en la categoría Monumento Histórico.