Internos del Centro Penitenciario de Limache forman parte del programa piloto
“Segmentos excluidos” de Fondo Esperanza que busca entregar una nueva oportunidad
para que emprendedores de sectores de extrema vulnerabilidad puedan cambiar su vida.
Hace un año comenzó el programa piloto “Segmentos excluidos” de Fondo Esperanza (FE)
en la Cárcel de Limache.
La iniciativa, que corresponde a una réplica del trabajo realizado en la Cárcel de Osorno y
Linares, tiene como objetivo entregar un servicio integral que consiste en microcréditos
productivos, capacitación y redes a los internos del Centro Penitenciario que se
encuentren desarrollando un oficio y que deseen hacer crecer su emprendimiento.
“Los Cumplidos” es el nombre del Banco Comunal (BC) conformado por 12 internos que
vieron en FE una segunda oportunidad para cambiar su vida. Así lo confirma Ariel
Navarrete Salazar, uno de los miembros fundadores del grupo solidario del programa en
Limache. “Me ha servido mucho ser parte de Fondo Esperanza, ya que me he puesto más
responsable y he logrado confeccionar cosas que ni siquiera sabía que podía hacer. Ahora
me mantengo ocupado y creo bonitos barcos y trabajos en madera, los cuales son
vendidos por mi familia afuera. Ellos me apoyan mucho, son mi pilar y yo trabajo para
ellos”, expresa.
Este Banco Comunal corresponde a uno de los tres grupos de emprendedores privados de
libertad que se encuentran operativos en el país, los cuales cuentan con el apoyo de la
comunidad de emprendimiento solidario más grande de Chile y Gendarmería de Chile.
Para Carolina Arancibia, Asesora de Banco Comunal de Fondo Esperanza encargada del
programa piloto en Limache: “Esta es una gran alternativa para que los internos
demuestren que están interesados en reinsertarse nuevamente en la sociedad. Muchos
de los emprendedores que partieron en los inicios del piloto, ya están teniendo beneficios
por conducta y responsabilidad, lo que refleja que desean verdaderamente salir
adelante”, explica.
“El avance en este primer año de realización del programa ha sido bastante bueno. En un
comienzo no entendían el sentido de grupo, pero con el paso del tiempo comprendieron
que deben unirse, organizarse y ser responsable los unos con los otros para que les vaya
bien, lo cual es totalmente admirable”, indicó Arancibia.
Claudio Aranda, emprendedor que confecciona vestuario junto a otros dos internos,
cuenta que su mayor anhelo es comprar una máquina de coser industrial nueva para que
quede en el taller que han adecuado para el negocio, con el fin de poder retribuir el
mismo apoyo que ellos han recibido en la Unidad Penal. “Sería ideal poder comprar la
máquina con los créditos, así podemos dejarle algo a las personas que lleguen a la cárcel y
que tengan deseos de emprender igual que nosotros”, finaliza.
Entre los rubros que trabajan los emprendedores del BC “Los Cumplidos”, destaca la
artesanía en madera y cuero, la confección de vestuario y las manualidades en papel,
todos productos hechos a mano, con cariño y dedicación.
Con este programa, Fondo Esperanza busca ampliar la cobertura del servicio que entrega
a sectores de la población que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad y
exclusión.