En Chile aún persisten grandes limitaciones para que personas de sectores vulnerables
puedan acceder a un apoyo financiero que les permita progresar en sus negocios. Sin
embargo, Fondo Esperanza les brinda un servicio integral –microcréditos productivos,
microseguros, capacitación y redes de apoyo- que los lleva a mejorar sus condiciones de
vida, de sus familias y comunidad.
Noemi Sanhueza pasó de dormir en las calles a tener una empresa de aseo con cinco
sucursales. Ella sabe lo que el sacrificio y la constancia pueden hacer para sacar adelante
los anhelos de superación. Separada y con una hija de 27 años, supo forjar lo que sería un
gran emprendimiento: Empresa de aseo “Víalfo”, nombre que contiene la especialidad de
la casa, el lavado de alfombras y vidrios.
Alrededor de 12 años lleva en este rubro. Hoy ya sólo se dedica a supervisar la labor que
realizan las siete personas que tiene a cargo, aunque hay días que también pone sus
manos a la obra. “Mi meta es seguir ejerciendo. Yo salí de abajo, no tenía nada, tuve
grandes problemas pero quise salir adelante. No quería nada, había llegado al tope,
estaba chata, pero mejoré. Gracias a Dios así lo hice, soy otra mujer”, recuerda Noemi.
Con tantas experiencias buenas y no tan buenas, ella se declara una persona luchadora
que se planteó objetivos y los consiguió. “Anduve botada en las calles, dormía ahí, por eso
me ha costado lo que tengo. Los que me conocen quedan admirados porque mi situación
económica es diferente y si puedo ayudar a otras personas, lo hago”, manifiesta.
Así como esta emprendedora antes de comenzar su emprendimiento, aún existe un 14,4%
de la población chilena que está en situación de vulnerabilidad por ingresos, un porcentaje
que refleja la gran tarea que aún queda por hacer por aquellas personas que viven en
estas condiciones y requieren niveles mínimos de bienestar personal y familiar. Y para
darles una mano surgió, hace 13 años, Fondo Esperanza (FE), institución de desarrollo
social que cree en el microemprendimiento como motor de desarrollo y que utiliza la
metodología de Bancos Comunales, considerada mundialmente como una de las
herramientas más exitosas para la superación de la pobreza.
Fondo Esperanza, entidad del Grupo Fundación Microfinanzas BBVA
Creada en 2007, la Fundación Microfinanzas BBVA promueve el desarrollo económico y
social sostenible e inclusivo de las poblaciones desfavorecidas, a través de las Finanzas
Productivas Responsables, su especialidad y metodología.
La Fundación atiende actualmente a más de 1,6 millones de emprendedores de bajos
ingresos. El 85% de los clientes que tiene algún crédito se encuentra en condición de
vulnerabilidad económica (con un ingreso diario menor a 3,8 USD), el 49% tiene a lo sumo
educación primaria completa y el 61% son mujeres.
Actualmente está presente en siete países de América Latina a través de ocho entidades
de microfinanzas: Banco de las Microfinanzas Bancamía (Colombia), Financiera Confianza
(Perú), Banco Adopem (República Dominicana), Fondo Esperanza y Emprende
Microfinanzas (Chile), Contigo Microfinanzas (Argentina), Microserfin (Panamá), y la
Corporación para las Microfinanzas (Puerto Rico).