El avance del Turismo en Chile, especialmente en la Región de Valparaiso, se ha transformado en
una fuente permanente de ingresos para cada una de las comunas y localidades que apuesta por
esta actividad como un dinamizador de economía. Hoy, el turismo no solo es reconocido por ese
carácter económico, ya que se ha posicionado como una herramienta válida para la conservación
del patrimonio natural, cultural y un vínculo e intercambio cultural entre comunidad local y
visitantes.
En ese sentido, la región de Valparaíso es privilegiada porque está en un proceso de consolidación
en la principal región-destino turístico de Chile, como consecuencia de su ubicación estratégica, la
existencia de variados territorios que la conforman y esa identidad regional basada en la
diversidad, que la hace atractiva desde su borde costero, pasando por la Cordillera de Los Andes,
la simbiosis de paisajes en los Valles del interior y sus territorios insulares.
La Estrategia Regional de Desarrollo 2012-2020, considera al turismo como uno de los sectores
productivos más importantes, ya que apuesta y reconoce que ha alcanzado un
carácter”estratégico” y prioritario en el desarrollo económico y social de la región.
Hoy, el turismo en nuestro país y en la Región de Valparaíso pasan, mayoritariamente, por el
producto “sol y playa”, asociado al borde costero y al extenso territorio con más de ocho mil
kilómetros de costa repartidos por el país. Sin embargo, lo vertiginoso de los cambios y las nuevas
tendencias en las preferencias de los turistas, hacen que los destinos deban estar preparados para
enfrentar una demanda cambiante, que busca gustos particulares y “experiencias integrales”, más
que servicios.
El turista dejó de ser un actor pasivo para convertirse en un visitante activo, es decir, una persona
que quiere conocer, involucrarse, sentir, relacionarse y vivir emociones que formen parte
permanente de su vida – no olvidemos que las personas viajan en un momento muy especial de
sus vidas-.
Recogiendo lo anterior, estamos a tiempo para diversificar la oferta del turismo en la Región de
Valparaíso en base al turismo de intereses especiales. Cada una de nuestras provincias, comunas y
localidades del interior de la región tiene tradiciones, festividades, costumbres y modos de vida
que debemos preservar, proteger y potenciar como futuros productos turísticos, capaces de atraer
una demanda tanto de turismo interno como internacional.
En distintos destinos se ha demostrado que el turismo de intereses especiales produce beneficios,
vinculado al mayor tiempo de estadía recorriendo hasta los últimos rincones de los destinos
visitados, mayor nivel de gasto en contratación de servicios netamente locales y disposición a
pagar por resguardar el patrimonio cultural y natural.
Este desarrollo, debe ir de la mano con la sustentabilidad, tanto del territorio como de la oferta
turística. Sin embargo, debe ir más allá de ser una simple instancia de certificación y convertirse en
el “criterio de planificación” del turismo en Chile.
Los desafíos son varios. La importancia de los municipios como primeros agentes de desarrollo
local, involucrados en funciones como gestionar, regular, proteger e incentivar el turismo. En ese
contexto, el éxito de los destinos turísticos está dado no solamente por la singularidad y
capacidad de los atractivos turísticos existentes y cómo estos son capaces de satisfacer las
necesidades de los turistas, sino también de la capacidad administrativa con la que cuentan los
territorios para la puesta en valor de los mismos.
Hay dos aspectos que son fundamentales. Por un lado está el apoyo de la gestión pública, a través
del soporte a los emprendimientos innovadores, la regularización de la oferta, la inversión en
infraestructura habilitante y los instrumentos de planificación turística, que involucra a todos los
sectores que algo tienen que decir en turismo (obras públicas, medioambiente, cultura, bienes
nacionales, vivienda y otros). Y, por otro lado, la participación del sector privado, primordial para
el desarrollo del turismo que fomente la asociatividad, ofreciendo estándares de calidad y capital
humano altamente capacitado.
Otro factor, es la importancia que adquiere la comunidad local. No se concibe un turismo integral
y repartidor de beneficios en la región sin el compromiso de las comunidades en la planificación,
monitoreo y toma de decisiones.
Como vemos, la oportunidad está. Los valles del interior de la región, específicamente el Valle de
Aconcagua, tienen un potencial enorme para el desarrollo del turismo de intereses especiales, ya
sea asociados al turismo de montaña, arqueológico, de naturaleza u otros. ¿Cuál es el reto al que
nos enfrentamos? Coordinar una adecuada colaboración interinstitucional y alinear el enfoque
global de todos los actores para consolidar el turismo de intereses especiales y posicionarnos
como la principal región-destino turístico de Chile.