Es innegable que hoy el turismo es considerado un polo de crecimiento y desarrollo
socioeconómico relevante a nivel global, regional y local. Esto se puede observar en los
diversos estudios y publicaciones que elabora la Organización Mundial del Turismo
(OMT).
Un dato concreto es que en seis décadas la cantidad de turistas ha crecido
considerablemente, pasando de 25,3 millones (1950), a 810 millones de personas (2015),
generando un gran impacto en los diversos territorios y comunidades receptoras, a partir
del incremento de los flujos de demanda e intercambios socio-económicos.
Este crecimiento también lo ha experimentado el turismo a nivel nacional, siendo
considerado en la actualidad como un sector relevante para la economía interna, lo que
se reafirmó con la ley de turismo promulgada en el año 2010, y que indica que “El turismo
constituye una actividad estratégica para el desarrollo del país, siendo prioritaria dentro de
las políticas de Estado, por lo que éste deberá promoverla de modo armónico e integral,
impulsando su crecimiento sustentable en conformidad con las características de las
regiones, comunas y localidades del país” (Ley de Turismo, 2010, Art.2).
Esta contingencia a nivel internacional y nacional ha generado diversos cambios en la
forma de observar, investigar e intervenir el ámbito turístico, focalizados en elaborar
estrategias que permitan minimizar el impacto que esta creciente actividad produce,
considerando además la variedad de tipos de turismo «potencial y consolidado» existente
en nuestro pais, los cuales requieren involucrar diversas variables para su buen
funcionamiento y desarrollo, que vayan en la dirección a facilitar la adaptación a las
nuevas exigencias de la industria, como lo es en este caso específico, desarrollar la
actividad turística bajo un “modelo sustentable”.
La OMT elaboró una serie de principios que definen el turismo sustentable, los que se
vinculan a la conservación de los recursos naturales y culturales para las generaciones
futuras, a partir de un desarrollo turístico planificado, haciéndose cargo de la mantención y
mejora de la calidad ambiental, con el objetivo de proporcionar y mantener la satisfacción,
tanto para los visitantes, como también para las comunidades receptoras.
Con relación a lo mencionado anteriormente, el Estado de Chile ha generado diversas
acciones para el desarrollo del turismo bajo esta dirección, entre las cuales podemos
mencionar el plan de desarrollo turístico sustentable, el plan de manejo de áreas
silvestres protegidas, la declaración de zonas de interés turística y la implementación de
la “La distinción en Turismo Sustentable”, reconocida con el Sello S.
Con relación al Sello S, en la práctica se materializa cuando un visitante lo visualiza en
algún servicio de “Alojamiento” y otorga la garantía de que este servicio turístico cumplió
con los criterios generales de sustentabilidad turística, ya sea en los ámbitos
medioambientales, económicos y socioculturales, incluyendo variables y categorías
definidas por el Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR), las que suman un total de 57
criterios de evaluación y tres niveles de distinción, siendo el Nivel 3 el que refleja la
excelencia en sustentabilidad. El proceso que debe realizar el empresario turístico para
poder obtener esta distinción comienza con un autodiagnóstico para, posteriormente,
continuar con la implementación de los indicadores de sustentabilidad establecidos y
finalizar con el reconocimiento del Sello S.
Es importante mencionar que como parte de una primera etapa, este sello se encuentra
disponible solo a los servicios de alojamiento turístico que se encuentren operando en
nuestro pais y que estén debidamente registrados en SERNATUR, proyectando para este
año poder incluir a este proceso de certificación a los tour-operadores.
Ahora bien, si nos preguntamos ¿Cuántos empresarios turísticos conocen lo que es el
turismo sustentable y sus implicancias?, ¿Cuántos están en conocimiento de la existencia
del Sello S?, ¿Cuántos han implementado el Sello S en Chile? O, ¿Cuándo se
diversificará la distinción del Sello S a otros tipos de servicios o actividades turísticas?. Si
pensamos en respuestas a estas interrogantes, lo primero que podemos decir es que en
materia de sustentabilidad turística queda mucho por hacer y avanzar.
Finalmente, este es un desafío y evolución en cual se debe trabajar, ya que será el
comienzo de una etapa distinta, donde lo fundamental es continuar ahondando en la
implementación del sello de sustentabilidad turística en las diversas actividades, servicios
y atractivos turísticos, partiendo de un compromiso adquirido con el medio ambiente y las
comunidades locales.
En este sentido, se debe facilitar la instalación de un modelo sustentable, que tenga la
capacidad de involucrar las diversas dimensiones que entran en juego en la gestión de un
territorio y que pueda hacer frente a las oportunidades y desafíos que este sector tiene en
la actualidad, considerándolo como una herramienta estratégica de desarrollo económico-
local e insustituible para el desarrollo de esta actividad.
Para mayor información sobre las características y requisitos para obtener el Sello de
Sustentabilidad Turística (S) ingresar a http://www.chilesustentable.travel/
Por:Javier Rodríguez Valenzuela
Socioeconomista e investigador del Centro de Investigación en Turismo y Patrimonio
Línea Turismo y Sostenibilidad.