Madre de familia, mujer de negocios.

 

En Fondo Esperanza un 84% de las(os) emprendedoras(es) son mujeres y, una gran mayoría de

ellas, madres y abuelas que en su momento se independizaron y emprendieron con el objetivo de

construir un mejor futuro para sus hijos y nietos.

La participación de la mujer en el mundo del emprendimiento es una fuerza fundamental en la

generación de desarrollo social y económico para el país, no sólo para la mujer que emprende,

sino que también para su familia y sus comunidades.

El más grande amor de Carolina Ortiz, emprendedora de Fondo Esperanza, es su hijo de 10 años.

Por él decidió cambiar su ajetreada vida capitalina por un lugar más apacible en el balneario El

Quisco. Por él ha logrado ir superando un cáncer y abrió un taller donde ofrece sus creaciones

como vitrales y vitrofusión; un proceso que no ha sido fácil, pero que con el tiempo logró hacerse

un nombre. “Comencé a trabajar el vidrio y me di cuenta que era algo que me gustaba mucho y en

cada trabajo dejo una parte de mí. Tengo mi puesto en la feria “La Casona” de El Quisco y,

además, mis clientes pueden encargar trabajos a través de internet”, nos relata.

El negocio de artículos para bebés de Macarena Benítez, se fundó cuando nació su segunda hija y

vio que en el mercado, era muy difícil encontrar mercancías para guaguas con la calidad que ella

buscaba, lo que la motivó a hacer su propia línea de productos. “Mi emprendimiento tiene que ver

con la creación de artículos infantiles como baberos impermeables, delantales, porta pañales,

etc… Productos que no encuentras en el supermercado, pero que son necesarios cuando tienes

hijos con alergias alimenticias o que se ensucian mucho. Así los padres no tienen que estar

preocupándose de cambiarles la ropa a cada rato”, manifiesta.

El gran motor que mueve a las mamás que han progresado sus microempresas junto al apoyo de

Fondo Esperanza (FE), es el bienestar de sus hijos. Esto se refleja en la Encuesta de Satisfacción de

FE (2014) que indica que uno de los mayores sueños que ellas persiguen, es que sus hijos puedan

tener una buena educación y, ojalá, llegar a la universidad.

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