El 21 de mayo reciente, la presidenta de todos los chilenos, Michelle Bachelet, se dio un
gusto personal al denostar una vez más a los que piensan distinto o a aquellos que le han hecho
ver que sus reformas tienen carencias técnicas y de representatividad.
La cuenta de la gestión presidencial es una tradición republicana que la ciudadanía respeta
y valora. Sin embargo, en la ocasión, la presidenta usó este espacio como una plataforma para
manifestarse con un lenguaje violento en contra de aquellos que se han opuesto y se oponen a la
Ley de Inclusión, calificándonos como “profetas del caos”; lenguaje que hace recordar al senador
Quintana con sus reiteradas frases alusivas a retroexcavadoras y aplanadoras, y que también nos
trae a la memoria los famosos “patines” del Ministro Eyzaguirre.
Señora presidenta, le recuerdo que la Cuenta Pública es sagrada y no debe ser utilizada
para gustos personales, y menos para violentar. Eso se aleja del espíritu democrático de la
institucionalidad. Usted expresó que una gran cantidad de colegios han accedido a la gratuidad y
no ha ocurrido nada negativo de lo que decían los profetas del caos. Sin embargo, vale aclarar que
los colegios adscritos a gratuidad son colegios que ya eran gratuitos o con un copago muy bajo, de
menos de diez mil pesos mensuales, y con un alto índice de vulnerabilidad y morosidad. Por lo
tanto, es total y absolutamente lógico que estos colegios accedieran a la gratuidad.
Bajo este punto de vista, es cierto lo que usted expresó, “hasta el momento no ha pasado
nada”. Pero lo que la ciudadanía no sabe es que en el año 2018 muchos colegios de copago alto se
transformarán en establecimientos particulares pagados, como es el caso de varios colegios de la
Quinta Región. Entonces, cuando esto ocurra, ¿quién asumirá el costo social de las familias de
clase media que quedarán sin colegios? O bien, ¿quién asumirá el costo social de aquellas familias
de los colegios que se verán forzados a cerrar?
¿Son estas legítimas dudas las que, según su discurso, nos transforman en profetas del
Señora presidenta, le aclaro que el caos está en sus filas. El caos lo siembra Andrés Palma,
secretario presidencial de la Reforma Educacional y encargado de la implementación de la Ley de
Inclusión. Resumo y explico.
En octubre del año 2015, sostuvimos una reunión con Andrés Palma, cita patrocinada por
la senadora Lily Pérez y el diputado Marcelo Schilling, en que junto a nuestro equipo de
profesionales presentamos un cuestionario técnico con 17 puntos.
Posteriormente, en enero del presente año, volvimos a reunirnos con el señor Palma. En
esta oportunidad, con el patrocinio político de la Comisión de Educación de la Cámara Baja. Al
encuentro nos acompañaron los diputados Andrea Molina, Mario Venegas y Jaime Bellolio, los
últimos dos integrantes de la Comisión de Educación.
A pesar de todos los esfuerzos por construir diálogo y buscar soluciones a los nudos de la
Ley de Inclusión, hasta la fecha, no recibimos respuesta formal alguna de parte del secretario de la
reforma.
En las numerosas reuniones que hemos sostenido con parlamentarios y autoridades de
todos los sectores políticos, éstos coinciden en manifestar que no hubo espacio ni tiempo para
legislar con profundo análisis, como lo requiere una reforma de este tipo.
Nosotros somos sostenedores que hacemos bien nuestro trabajo, no paramos el país ni
usamos herramientas que dañan a la ciudadanía. Muy por el contrario, hemos contribuido con
proyectos de calidad, que han mejorado la Educación de los estudiantes, brindando un servicio
seguro e integral, por lo que los apoderados nos prefieren. Las familias de Chile le agradecerán
que preste atención a nuestras observaciones, que representan a todos los sostenedores de
calidad que hay en Chile.
Jaime Molina Pérez
Vocero Red de Sostenedores de Colegios, REDCO Quinta Región.