No cabe duda que hoy el concepto de comunidad y la búsqueda de espacios de
participación ciudadana, ha cobrado fuerza en diversos ámbitos sociales. Y la educación no
es la excepción.
La apertura de la escuela, incluso de las aulas, a la participación de familiares, voluntariado
y personas de la comunidad para conseguir el éxito escolar de todo el alumnado, logra la
confianza de las personas en un proyecto colectivo que crea sentido diariamente.
Cualquier iniciativa de participación o transformación de una zona rural o urbana tiene en
la transformación de la escuela en comunidad de aprendizaje uno de los elementos de
éxito más seguro, sin necesidad de recursos públicos o privados adicionales.
Comunidades de Aprendizaje nace en España, de la mano de CREA-UB (Community of
Researches on Excellence for All) de la Universidad de Barcelona, pero ya está presente
también en diferentes países de América Latina como Brasil, Argentina, México, Perú,
Colombia, Ecuador y Chile, gracias al impulso de la empresa Natura.
¿Qué tiene de especial este proceso de transformación? Comunidades de Aprendizaje
convoca a todas las personas que de forma directa o indirecta influyen en el aprendizaje y
el desarrollo de los alumnos, incluyendo a profesores, familiares, amigos, vecinos del
barrio, miembros de asociaciones y organizaciones vecinales y locales, personas
voluntarias, etc. Es gracias al diálogo de toda la comunidad que esta iniciativa
transformadora logra alcanzar un doble objetivo: superar el fracaso escolar y mejorar la
convivencia.
En Chile, la iniciativa se ha expandido por 9 regiones del país, logrando presencia en 33
escuelas, con más de 500 docentes capacitados y logrando un impacto directo en más de
5.500 los estudiantes a nivel nacional.
¿Cómo mejorar el aprendizaje y la convivencia escolar? Existen siete claves sobre los
cuales, Comunidades de Aprendizaje basa su propuesta de transformación de los centros
educativos, modelo que perfectamente puede aplicarse en la educación chilena.
En primer lugar está el diálogo igualitario, que es conversar con las demás personas sin
imponer la propia opinión, basándonos en posiciones de poder o adoptando estrategias
para llevar a la otra persona a nuestro terreno. Es una apuesta firme por hacer que prime la
fuerza de los argumentos y no el argumento de la fuerza.
Otro aspecto importante es la inteligencia cultural, que integra tanto a la inteligencia
académica como a la práctica y comunicativa, aprovechando la diversidad de potenciales
de las personas para lograr el desarrollo individual y alcanzar el bien común.
La transformación, es el concepto que permite cambiar las circunstancias que fomentan la
desigualdad en cualquiera de sus formas y la falta de oportunidades, convirtiendo los
obstáculos en oportunidades para superar dichas desigualdades.
Le sigue la dimensión instrumental, que busca que los alumnos aprendan más y lo pongan
de manifiesto, sin importar qué tipo de prueba se les pida que realicen. Para cumplir este
objetivo, se debe rechazar de plano toda forma de segregación o exclusión educativa. De
hecho, el rendimiento académico insatisfactorio responde más a las bajas expectativas y
prejuicios mantenidos injustamente a lo largo del tiempo que a la capacidad real de
aprendizaje de los estudiantes.
Otra clave importante es la creación de sentido, donde el antiguo modelo autoritario ya no
tiene cabida en la actual Era de la Información. El conocimiento se encuentra distribuido
entre las personas y debe ser compartido dialógicamente y en igualdad de condiciones.
Las comunidades de aprendizaje dependen de las actuaciones educativas de éxito que se
desarrollen. Hoy existen las tertulias literarias dialógicas, los grupos interactivos y las
bibliotecas tutorizadas, la formación de familiares, etc. ya que el éxito educativo requiere
de evidencias científicas para la mejora del aprendizaje de nuestros niños y niñas y de la
colaboración de todos y todas, el aprendizaje se extiende a todos los lugares, dentro o fuera
de la escuela, y nadie queda excluido.
Finalmente, el proceso de transformación que implica Comunidades de Aprendizaje asume
la igualdad de diferencias entre las culturas y entre las personas como punto de partida de
una insondable riqueza sobre la que ir construyendo el presente y soñando un futuro
mejor, donde todo el mundo tenga cabida en igualdad de condiciones. Solo las propuestas
igualitarias desde los ámbitos político, económico, educativo, laboral, etc. pueden elevar el
nivel de democracia y aumentar la cohesión social en el seno de las sociedades.
Rosa Valls.
Doctora y profesora del Departamento de Teoría e Historia de la Educación de
la Universidad de Barcelona.