Psicólogo de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Juan Araya, explicó que aparatos
pueden generar variados tipos de trastornos. “Generan tanta adicción como las sustancias
más poderosas”, aseguró
Aproximadamente un tercio de la población nacional mayor de 15 años ha presentado, en
algún momento de su vida, un problema de salud mental que requiere tratamiento. Sin
embargo, solo un tercio de ellos recibe atención profesional, ya sea en algún Centro de
Atención Primaria o con algún especialista particular.
Así lo precisó el psicólogo y académico de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Juan
Araya Abarca, quien advirtió un problema mayor en los infantes, y es que, según la
publicación “International Comparisons of Behavioral and Emotional Problems in Preschool
Children: Parents’ Reports From 24 Societies”, los menores de seis años de nuestro país
registran la peor salud mental a nivel mundial.
“Por una parte, hay un mayor acceso a las tecnologías y a las pantallas. Vemos
guagüitas, que los papás, para poder tranquilizarlos, le ponen la pantalla. Actualmente,
el Perro Chocolo, Mazapán y otros juegos infantiles están haciendo labores de cuidado,
lamentablemente, pero las investigaciones muestran que estos aparatos electrónicos
generan tanta adicción como las sustancias más poderosas”, dijo el especialista, quien
subrayó que lo recomendable es que ningún niño menor a dos años se exponga a las
pantallas.
De acuerdo a sus palabras, los principales problemas que registran estos niños están
relacionados con trastornos vinculares (lejanía o maltrato de parte de sus padres o
cuidadores), trastornos disruptivos, no comen, tienen pataletas, o bien, presentan trastorno
anímico a corta edad.
El psicólogo de la UPLA sostuvo que uno de los factores clave para evitar este tipo de
situaciones, es que los adultos se hagan cargo de funciones importantes de la crianza, como
constituirse verdaderamente en el sostén emocional del niño; compartir tiempo de calidad él;
y alejarlo de las pantallas, especialmente cuando son muy pequeños, ya que el cerebro está
en plena formación.
¿Y qué pasa con los adultos?
Respecto a la situación del resto de la población, Araya sostuvo que, de acuerdo a los datos
de prevalencia de problemas de salud mental en Chile, la lista la encabezan los trastornos
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ansiosos; luego los trastornos afectivos (depresiones); y el consumo de sustancias. Sin
embargo, también se suma a esta lista aquellos problemas relacionados con expresión y
consecuencias de la violencia, y los trastornos alimentarios (anorexia, bulimia y obesidad).
Advirtió que cuando hablamos de trastorno ansiosos, se presenta una inquietud psicológica
permanente, miedos, fobias o alguna sintomatología de pánico. Sentirse nervioso, estar
tenso, preocupado, inquieto, no poder dormir y comer mucho.
En relación a los trastornos depresivos, sostuvo que el perfil epidemiológico en salud mental
en Chile demuestra que las mujeres se deprimen y que los hombres beben alcohol. Sin
embargo, lo que más llama la atención es que estudios recientes dan cuenta de un aumento
en la adicción a otros fenómenos como las pantallas, juegos de casinos populares y adicción
a la pornografía en internet.
Lo importante -según el especialista- es tener claro cuándo es necesario consultar con un
profesional:
“Cuando la red de apoyo queda corta. Es decir, cuando compartí el problema con mi
amigo, cuando compartí el problema con mi mujer, con mis padres y no tengo solución
y me sigue el problema y los intentos que he hecho por solucionar este problema no
han surtido efectos. Cuando ya siento que necesito de otro apoyo. Es decir, estoy
fumando mucho, estoy tomando mucho”, concluyó Juan Araya.
Este y otros temas se abordaron en la Universidad de Playa Ancha, en el marco del
Conversatorio “Prácticas de Salud Mental Comunitaria en la Región de Valparaíso”, que se
realizó recientemente.