Creo que el salario mínimo como viene propuesto por el gobierno no va a cumplir con los propósitos que tiene, que es garantizar el poder adquisitivo y la protección de los trabajadores, teniendo en cuenta el alza del costo de la vida y los factores económicos.
Quienes pedimos un reajuste mayor, sostenemos que éste tiene que hacerse cargo de la inflación que ha ocurrido en alimentos y transportes, factores que consumen la mayor proporción del salario mínimo, que recibe un millón de trabajadores chilenos. Esto está muy por arriba del guarismo plano del IPC anual.
Realmente no se entiende que se nos diga majaderamente que el país va bien, que crecemos a más del 6% que se han creado 450 mil empleos, que la inflación está bajo control, es decir, que estamos en el mundo de Bilz y Pap; pero cuando llega la hora de repartir la felicidad que existe en el discurso que invade al país, viene la mezquindad. Lo que aquí ocurre es que el gobierno no entiende nada de lo que pasa en Chile.