Conmoción entre sus conocidos causó el hallazgo del cuerpo de una conocida profesora de Quilpué, Raquel Espinoza Torres (71 años), que se encontraba en avanzado estado de descomposición.
El caso quedó al descubierto ayer, cuando cerca de las 14.25 horas, dependientes de una carnicería ubicada en avenida Diego Portales, en pleno centro de la comuna, manifestaron a carabineros de la Segunda Comisaría su preocupación por la prolongada ausencia de la mujer que vivía en un inmueble contiguo al local comercial, al que acudía regularmente a comprar, y por la emisión de un penetrante mal olor desde la casa, la que se encontraba cerrada, por lo que los funcionarios debieron irrumpir por una puerta trasera.
En el lugar encontraron tendido en el suelo, boca arriba, a la profesora cuyo cuerpo evidenciaba un avanzado estado de putrefacción. La fiscal de turno, Ymay Ortiz, solicitó la concurrencia de peritos de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Valparaíso, quienes determinaron que la muerte de la mujer se habría producido hace un par de semanas y que no presentaba lesiones atribuibles a terceros.
De acuerdo con testigos, la docente -que era dueña de diversas propiedades producto de una herencia- vivía sola hacía más de una década y que luego de la muerte de su esposo se aisló en su casa, sin aceptar la presencia de ninguna persona. Además, comenzó a recolectar basura y desperdicios, por lo que se presume que padecía del Mal de Diógenes.
La fiscal determinó la realización de peritajes para determinar la causa de muerte de la mujer.
