En el Hospital de la red SSVQ, funciona un Centro de Tratamiento Ambulatorio, CTA y
un Centro de Tratamiento Residencial, CTR.
“Nuestra comunidad terapeútica tiene la característica que está dirigida a mujeres,
con enfoque de género y su mayor particularidad es que en el tratamiento, las
madres pueden ver y convivir con sus hijos, lo que permite recuperar su rol en la
familia, convirtiéndose en una gran ayuda a la hora de dejar el consumo”, señala el
psicólogo Andrés Martínez, coordinador técnico del Centro de Tratamiento
Ambulatorio, CTA y del Centro de Tratamiento Residencial, CTR, del Hospital de
Peñablanca.
El CTR Peñablanca es un centro de salud especializado en rehabilitación de
drogodependencias con enfoque biopsicosocial, que ofrece un conjunto de
intervenciones y prestaciones que se realizan en un régimen de internación de 24
horas los 7 dias, en modalidad de comunidad terapéutica, destinado a mujeres
adultas con diagnóstico de consumo perjudicial o dependencia a sustancias
psicoactivas y/o alcohol.
Al ingresar al centro, se inicia un proceso de tratamiento y rehabilitación que busca la
superación de los problemas de abuso y/o dependencia a las drogas. Esto implica
intervenciones médicas, psicológicas, sociales, ocupacionales y educativas tanto a
nivel individual como grupal.
Este centro, inserto dentro del Hospital y que actualmente dirige el Dr. Franklin
Sánchez, nació el año 2005, con un programa especialmente dirigido a mujeres, ya
que durante muchos años las comunidades terapéuticas de rehabilitación de alcohol y
drogas funcionaron con un esquema y una planificación centrada en los hombres.
«Estos centros tenían canchas de fútbol taca-tacas y un entorno dirigido hacia el
mundo masculino, por eso fue necesario e importante especializar nuestra comunidad
terapéutica en mujeres y estamos satisfechos de los resultados logrados», explicó el
profesional.
Y este enfoque tiene una razón: en Chile las mujeres tradicionalmente han tenido un
rol central en el hogar, «esto se puede graficar en que, por ejemplo, cuando se
enferma el hombre (papá) el hogar sigue funcionando, pero si se enferma la mujer
(mamá) se produce un gran desorden al interior de la familia. Esto hacía que las
mujeres no concurrieran a tratamiento por ese rol y a demás porque la mujer tiende
a esconder su consumo debido a los prejuicios sociales, tratándolas de “malas
madres”, “mujer de mala vida”, etc. (la última frase la eliminé)
Reestablecer el vínculo con los hijos.
Dada esta realidad, se decidió que la comunidad terapéutica de drogodependencias
del Hospital Juana Ross de Peñablanca tuviera un enfoque de género, exclusivamente
para mujeres, comenzando un intenso trabajo que ha dado frutos, especialmente por
la inclusión de los hijos e hijas (menores de 5 años) en el tratamiento.
«Cuando una mujer, que es madre, tiene una adicción a las drogas y el alcohol, tiene
alto riesgo de abandonar la crianza de sus hijos, suele salir a la calle en busca de
drogas, lo que tiene como consecuencia la pérdida o ruptura de sus vínculos tanto
con sus hijos como con su familia en general. Mientras ellas están viviendo en la
comunidad terapéutica, nosotros incentivamos y organizamos que los hijos visiten a
su madre, facilitando la recuperación de ese vínculo deteriorado. Restablecer la
relación con los los hijos se convierte en un elemento motivador para el cambio y es
un proceso intenso y con buenos resultados», explica Andrés Martínez. Todo este
proceso está enfocado a la rehabilitación de los afectos y los apegos.
Otra de las características muy importantes de la comunidad terapéutica del Hospital
Juana Ross de Peñablanca, es que es pública y cuenta con financiamiento del Servicio
nacional de drogas y alcohol (SENDA) y del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota.
Este tratamiento está destinado a mujeres beneficiarias de Fonasa y es gratuito.
Actualmente en el país, existe un número reducido de comunidades terapéuticas
dirigidas a la rehabilitación de alcohol y drogas, la mayoría son privadas y muchas
veces inalcanzables económicamente para gran parte de la población, «por esta razón
es muy importante el trabajo que estamos realizando en este centro asistencial, ya
que estamos atendiendo un sector de la población bastante vulnerable y dando un
enfoque de género que nos tiene satisfechos con los resultados logrados. Seguiremos
trabajando para seguir mejorando y recuperando a nuestras usuarias», finalizó el
sicólogo.