Hospital Juana Ross de Peñablanca, implementa modelo de rehabilitación de alcohol y drogas con enfoque de género.

22 10 2015CentrodeTratamientoResidencialdePeablanca

22 10 2015CentrodeTratamientoResidencialdePeablanca

 

En el Hospital de la red SSVQ, funciona un Centro de Tratamiento Ambulatorio, CTA y

un Centro de Tratamiento Residencial, CTR.

“Nuestra comunidad terapeútica tiene la característica que está dirigida a mujeres,

con enfoque de género y su mayor particularidad es que en el tratamiento, las

madres pueden ver y convivir con sus hijos, lo que permite recuperar su rol en la

familia, convirtiéndose en una gran ayuda a la hora de dejar el consumo”, señala el

psicólogo Andrés Martínez, coordinador técnico del Centro de Tratamiento

Ambulatorio, CTA y del Centro de Tratamiento Residencial, CTR, del Hospital de

Peñablanca.

El CTR Peñablanca es un centro de salud especializado en rehabilitación de

drogodependencias con enfoque biopsicosocial, que ofrece un conjunto de

intervenciones y prestaciones que se realizan en un régimen de internación de 24

horas los 7 dias, en modalidad de comunidad terapéutica, destinado a mujeres

adultas con diagnóstico de consumo perjudicial o dependencia a sustancias

psicoactivas y/o alcohol.

Al ingresar al centro, se inicia un proceso de tratamiento y rehabilitación que busca la

superación de los problemas de abuso y/o dependencia a las drogas. Esto implica

intervenciones médicas, psicológicas, sociales, ocupacionales y educativas tanto a

nivel individual como grupal.

Este centro, inserto dentro del Hospital y que actualmente dirige el Dr. Franklin

Sánchez, nació el año 2005, con un programa especialmente dirigido a mujeres, ya

que durante muchos años las comunidades terapéuticas de rehabilitación de alcohol y

drogas funcionaron con un esquema y una planificación centrada en los hombres.

«Estos centros tenían canchas de fútbol taca-tacas y un entorno dirigido hacia el

mundo masculino, por eso fue necesario e importante especializar nuestra comunidad

terapéutica en mujeres y estamos satisfechos de los resultados logrados», explicó el

profesional.

Y este enfoque tiene una razón: en Chile las mujeres tradicionalmente han tenido un

rol central en el hogar, «esto se puede graficar en que, por ejemplo, cuando se

enferma el hombre (papá) el hogar sigue funcionando, pero si se enferma la mujer

(mamá) se produce un gran desorden al interior de la familia. Esto hacía que las

mujeres no concurrieran a tratamiento por ese rol y a demás porque la mujer tiende

a esconder su consumo debido a los prejuicios sociales, tratándolas de “malas

madres”, “mujer de mala vida”, etc. (la última frase la eliminé)

Reestablecer el vínculo con los hijos.

Dada esta realidad, se decidió que la comunidad terapéutica de drogodependencias

del Hospital Juana Ross de Peñablanca tuviera un enfoque de género, exclusivamente

para mujeres, comenzando un intenso trabajo que ha dado frutos, especialmente por

la inclusión de los hijos e hijas (menores de 5 años) en el tratamiento.

«Cuando una mujer, que es madre, tiene una adicción a las drogas y el alcohol, tiene

alto riesgo de abandonar la crianza de sus hijos, suele salir a la calle en busca de

drogas, lo que tiene como consecuencia la pérdida o ruptura de sus vínculos tanto

con sus hijos como con su familia en general. Mientras ellas están viviendo en la

comunidad terapéutica, nosotros incentivamos y organizamos que los hijos visiten a

su madre, facilitando la recuperación de ese vínculo deteriorado. Restablecer la

relación con los los hijos se convierte en un elemento motivador para el cambio y es

un proceso intenso y con buenos resultados», explica Andrés Martínez. Todo este

proceso está enfocado a la rehabilitación de los afectos y los apegos.

Otra de las características muy importantes de la comunidad terapéutica del Hospital

Juana Ross de Peñablanca, es que es pública y cuenta con financiamiento del Servicio

nacional de drogas y alcohol (SENDA) y del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota.

Este tratamiento está destinado a mujeres beneficiarias de Fonasa y es gratuito.

Actualmente en el país, existe un número reducido de comunidades terapéuticas

dirigidas a la rehabilitación de alcohol y drogas, la mayoría son privadas y muchas

veces inalcanzables económicamente para gran parte de la población, «por esta razón

es muy importante el trabajo que estamos realizando en este centro asistencial, ya

que estamos atendiendo un sector de la población bastante vulnerable y dando un

enfoque de género que nos tiene satisfechos con los resultados logrados. Seguiremos

trabajando para seguir mejorando y recuperando a nuestras usuarias», finalizó el

sicólogo.

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