Si bien, durante todo el año luchan por impulsar sus trabajos, los meses de calor son el
peak de las ventas. Aquí destacamos algunos emprendimientos de verano provenientes de
diferentes lugares del país.
Llega el verano y con ello las ansiadas vacaciones. Las familias del país se organizan para
descansar, pasear y desconectarse de los estudios o las actividades laborales. Sin embargo, son
miles las(os) emprendedoras(es) que aprovechan la época estival para trabajar, dar a conocer sus
productos y ahorrar dinero para el invierno.
Actualmente, Fondo Esperanza (FE) apoya a más de 100.000 emprendedoras(es) entre Arica y
Chiloé. De ellas(os), 60% son comerciantes, 29% se dedica a la producción y 11% pertenece al área
de servicios. No importa el rubro, para las(os) microempresarias(os) de FE lo importante es
levantarse y dar todo de sí para sacar adelante sus proyectos y familias.
En Isla Negra, la emprendedora Ana Roa desarrolla su vida. Es la localidad bautizada por el Nobel
chileno de Literatura. “Hago mosaicos, vitraux, sublimación, pinto botellas, tazones y todo lo que
sea transparente y se pueda decorar. Tengo mi negocio a las afueras de la casa de Pablo Neruda,
por lo que es una apuesta atractiva para todos los que vienen a visitar la propiedad del poeta”,
cuenta.
Ana comenzó con esta artesanía en vidrio, porque vio que el tema turístico era una de las grandes
cualidades que podía explotar en la zona y si creaba un negocio que cubriera esta área, sería una
apuesta positiva y exitosa. Si quieres conocer los productos de Ana Roa, puedes visitar su local
ubicado en Calle Isidoro Dubornais n°3, Isla Negra.
Marcelo García es un comerciante de Puente Alto que le dio un giro a su emprendimiento en la
feria “Chacareros”. “En mi puesto vendo frutas y verduras, pero me he diferenciado por vender
productos picados, en porciones, listos para preparar y servir. Platos como cazuelas, chapsui y
porotos desgranados que vienen listos para ser preparados. También vendo por internet”, explica
este emprendedor.
Aparte de la feria, Marcelo fundó Rico & Fresco, negocio donde vende productos sellados al vacío,
jugos naturales, sopas y cócteles saludables, pero que además, ofrece asesorías a instituciones
como colegios para enseñar sobre cómo alimentarse de manera sana. “Con mi empresa no sólo
quiero ganar dinero, sino que también aportar a la sociedad y enseñarles a comer bien”, afirma.
En Yerbas Buenas, VII región, está el centro de turismo rural y de antiestrés el “Reencuentro”, del
emprendedor Carlos Pinochet. En este espacio se ofrece diversos servicios como hospedaje –
máximo 12 pasajeros-, terapias alternativas -reflexología, masoterapia, flores de bach-, piscina,
tinas calientes, jardines florales y la especialidad: domadura racional, cabalgatas y equinoterapia,
dirigida a niños con capacidades diferentes.
“He participado en muchos emprendimientos, pero nunca he dejado de hacer las cosas luchando.
Y si me va mal, sigo para adelante. Soy perseverante”, dice.
Más al sur, específicamente en Coñaripe, en la ribera oriente del lago Calafquén, se emplaza
Linoico, un predio de más de 150 hectáreas que destaca por las excursiones y la contemplación de
flora y fauna nativa. En este hermoso paraje, desarrolla su emprendimiento Manuel Manosalva.
Su propuesta es el turismo aventura y enseñar la naturaleza del lugar como los helechos, líquenes,
árboles nativos, cascadas, entre otros. “Hacemos actividades como trekking, cabalgatas y canopy”,
indica. Sólo basta contactar a “Turismo Linoico” y reservar un tour para admirar y disfrutar los
paisajes del sur de Chile.
A través de estos cuatro negocios, se retrata la labor de miles microempresarias(os) que ven en el
verano, una oportunidad de trabajo y ahorro, pero principalmente, de darse a conocer y crear
redes de contacto. Hasta la caída de las primeras hojas, ellas(os) seguirán luchando. Luego viene el
periodo de reinventarse y pensar en nuevas propuestas para continuar potenciando sus
emprendimientos, siempre de la mano de Fondo Esperanza.