En medio del tráfago cotidiano, hago llegar a mis colegas un saludo fraterno, sincero, solidario,
esperanzador, cariñoso y reconocido en el Día de nuestra Querida Profesión.
Trabajadoras y trabajadores de la más noble y honrosa de las funciones sociales, cumplen con
mística, efectividad y amor la tarea de construir crecimiento intelectual, espiritual y social de quienes,
en cada uno de los establecimientos educacionales, podrán ser en el mañana personas libres,
capaces de brindar su aporte solidario al mundo de la cultura, de la justicia, del progreso colectivo.
En eso radica la trascendencia y dignidad de nuestra tarea, a pesar de las ingratitudes,
incomprensiones y ausencia de valoración de muchos.
Hago extensivo este saludo y afecto a quienes ya dejaron las aulas, cumpliendo con esmero su
invalorable e inolvidable tarea, no exenta de indiferencias, sufrimientos y sacrificios.
A maestras y maestros rurales que con denodado afán vocacional, están en la trinchera diaria
entreabriendo las inteligencias, despertando las capacidades de miles de niños, niñas y jóvenes de
nuestro país, en los pueblos y lugares más apartados de nuestra larga y angosta geografía.
A mujeres y hombres que hacen suyos los desafíos y tareas gremiales, con la elevada finalidad de
mejorar y dignificar la valoración humanitaria y social de nuestra labor.
¡FELIZ DÍA MAESTROS Y MAESTRAS!, esparcidos por todo el territorio, venciendo el aislamiento, la
lejanía y las privaciones, para continuar fortaleciendo el espíritu de chilenidad por sobre toda
incomprensión e injusticia.
GUIDO REYES BARRA
1º VICEPRESIDENTE NACIONAL
ENCARGADO DEPTO. DE PROFESORES RURALES
COLEGIO DE PROFESORES DE CHILE A. G.