El proyecto, liderado por la Escuela de Fonoaudiología de la UST con el
apoyo del Instituto Confucio, espera comprobar que los menores son
capaces de distinguir los sonidos de la lengua a temprana edad.
De acuerdo a estudios realizados por la investigadora Patricia Kuhl, existe
evidencia de que los bebés a los seis meses son oyentes universales, es decir,
logran distinguir los sonidos de todas las lenguas de igual forma. Desde los 8
meses comienza un proceso que permite distinguir en forma especializada los
sonidos de su lengua materna, asimismo, aquellos que son estimulados con otra
lengua, en pocos meses logran distinguirla con el mismo éxito. Basándose en esta
premisa, la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Santo Tomás Viña del
Mar, con el apoyo del Instituto Confucio Santo Tomás (IC ST) ha iniciado un
innovador proyecto de investigación.
La iniciativa está siendo instaurada desde comienzos de mayo en el jardín infantil
Eureka Montessori de la Ciudad Jardín, donde un grupo de infantes –de entre 6
meses y 1 año- asisten a dos sesiones semanales acompañados por sus padres. En
éstas se realizan actividades de estimulación del lenguaje programadas por
profesionales de la Escuela de Fonoaudiología de la UST, las que son ejecutadas
por las profesoras nativas del Instituto Confucio Santo Tomás.
Como explica la gestora de la iniciativa, Dra. María Francisca Alonso, “el
lenguaje se desarrolla en un periodo crítico de alta plasticidad neuronal sin
importar la lengua que se aprenda, así, se automatiza la discriminación de
aspectos estructurales de la lengua”. Es por esto que mientras menor sea el niño,
adquiere con mayor facilidad una o más lenguas.
Asimismo, la fonoaudióloga Lucía Zepeda, aclara que no se pretende que los
niños aprendan a hablar en chino, pero sí que se familiaricen con los sonidos de
esta lengua, los que en esencia son muy distintos a los que estamos
acostumbrados quienes hablamos español, inglés u otros idiomas occidentales.
De este modo, de acuerdo a la hipótesis de los investigadores, les sería más fácil
en el futuro reconocerlos y, por lo mismo, aprender la lengua.
Por su parte, Viviana Saavedra, directora del jardín infantil Eureka Montessori,
señaló que para la institución es muy importante participar en iniciativas de esta
índole. “Para nosotros como establecimiento educativo inserto en la comunidad
nos es muy importante participar de los proyectos educativos que favorezcan a
nuestros niños y niñas, además que provoquen interrelación con agentes
educativos externos, en este caso la Universidad Santo Tomás, sobre todo, con
proyectos innovadores que potencien los diferentes ámbitos de desarrollo de los
pequeños”. La directora, también destacó la importancia de entregar a los
preescolares la mayor cantidad de oportunidades para potenciar el desarrollo e
interacción con el mundo. “Tal como decía nuestra precursora María
Montessori, la mente del niño es más que una esponja, porque la esponja llega
un momento que no puede absorber más pero la mente de los niños es inagotable
y todo lo que se entregue con seriedad y cariño ellos lo incorporaran como
aprendizaje significativo”, cerró.