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Escolares participaron en conservatorio sobre las problemáticas y desafíos del cambio climático.

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186 Mujeres de Villa Alemana, iniciaron el programa jefas de hogar del municipio.

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La leche: un aliado de los huesos y los dientes.

Una alimentación correcta contribuye al buen desarrollo y mantenimiento de las piezas dentarias, así como también de los tejidos gingivo-periodontales, informa la Federación Panamericana de Lechería.

La alimentación es un tema importantísimo respecto al crecimiento de los niños y jóvenes. Una alimentación correcta contribuye al buen desarrollo y mantenimiento de las piezas dentarias, así como también de los tejidos gingivo-periodontales, informa la Federación Panamericana de Lechería.

A partir de los 24 años aproximadamente las mujeres (los hombres más tardíamente) comienzan a perder progresivamente su masa ósea, pero este proceso se da en forma asintomática y lentamente. La pérdida de densidad mineral ósea afecta también la dentadura. El calcio es un mineral que se encuentra naturalmente en ciertos alimentos, y que ayuda a que los huesos y los dientes sean fuertes.

Todos necesitamos calcio, pero los niños lo necesitan más porque están en la etapa de crecimiento. Además de formar y fortalecer los huesos, el calcio reduce el riesgo de Osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se debiliten y se fracturen con cierta facilidad. Una ingesta adecuada de calcio, proveniente de los lácteos, es imprescindible para logar un buen nivel de masa ósea a los 25 años, como anteriormente lo había comentado.

Lácteos y su propiedad anticariogénica – Las proteínas y los minerales (calcio y fósforo) poseen propiedades anticariogénicas. Las vitaminas, las grasas y la lactosa brindan efectos protectores. Las grasas reducen la cariogenicidad de los alimentos, aunque no se sabe con exactitud cómo. Se cree que forman una película protectora sobre la superficie del diente, lo que limitaría el contacto de los microorganismos de la placa bacteriana, o rodeando a los hidratos de carbono para que hagan su paso más rápido por la cavidad bucal. La presencia de fosfatos y calcio en el ambiente bucal, previene la pérdida de estos del esmalte dentario, debido al efecto iónico. El calcio ha sido considerado un elemento protector, de efecto local. La concentración de iones de calcio en la placa parece ser de importancia crítica en la determinación del rango de la desmineralización del esmalte seguida a la ingestión de carbohidratos fermentables.

Las Cualidades del Jugo de Limon.

Si supieran todas las cualidades curativas que posee el limón, las personas tomarían mas su jugo y lo usarían con mayor frecuencia en su alimentacion.

El limón es el cítrico por excelencia que ayuda a combatir mas de 200 enfermedades. El espectro que abarca el limón es amplio y aún queda mucho por investigar acerca de este fruto que tan bien hace al organismo.

Por lo general utilizamos el jugo más que la fruta en su totalidad, además es más agradable. Aunque hay personas que disfrutan comiendo el limón entero. Es una cuestión de gustos.

Como dijimos mas arriba el limón combate eficazmente muchisimas enfermedades de modo natural, pero es conveniente observar que cuando se lleva a cabo una cura con limón se debe mantener una vida sana e ingerir alimentos naturales. Entonces la cura será exitosa.

Todas las sustancias extrañas y nocivas que se alojan en el cuerpo serán erradicas a través de la ingesta de limón, pues el efecto que produce su jugo es totalmente desintoxicante y purificador. El limón combate las impurezas de la sangre nivelando de modo natural e implacable el regular funcionamiento de los órganos. Puede disolver sustancias duras alojadas en los órganos y que causan dolores y enfermedades difíciles de curar.

La acumulación de sustancias extrañas en el organismo produce acidificación y corrompe el normal funcionamiento del mismo, por lo que el limón es un excelente regulador en muchos casos de enfermedades.

Además, el limón es terriblemente eficaz contra microbios y ciertos virus. Aún queda mucho por descubrir acerca del jugo del limón para tratar enfermedades rebeldes, pues en combinacion con otras sustancias curativas, el limón podria ser de mucha ayuda.

Es conveniente e inteligente hacer una cura de limones una vez al año, para precaverse de enfermedades. Lo que es importante es que una vez que se hace una cura de limones, se abstenga por un tiempo de volver a consumirlos, pues su acción es muy poderosa y continua. Por lo que es muy importante saber marcar el límite de la cura con limones.

El limón destruye los microbios en pocos minutos, por lo que se reconoce en esta fruta un poder bactericida muy alto. En la actualidad el ácido ascorbico está presente en diversos medicamentos, por su probada eficacia para mantener alto el sistema inmunológico. Además, es el limón que concentra muchisima cantidad de vitamina C, tan necesaria en épocas de frío contra resfrios y enfermedades reumáticas. Existen otras frutas que contienen alto porcentaje de vitamina C, como por ejemplo el kiwi, pero el limón posee ciertas sustancias que hacen de su jugo un complemento ideal y fantástico para el tratamiento de estas enfermedades.

Antiguamente, se utilizaba el limón para curar heridas producidas en la guerra, envolviendo a la herida con gasas empapadas en jugo de limón, además el paciente debía consumir bastante jugo de limón para ayudar a la cura. Por supuesto esto no es necesario en la actualidad, ya que esas son formas aisladas y dolorosas, pero cabe ilustrar para demostrar la eficacia del jugo de limón.

Enfermedades que cura el limón

La lista de enfermedades que pueden tratarse con el limón favorablemete es grande, nunca está demás hacer una cura con limones, pero tenga en cuenta que debe siempre acudir a su médico ante cualquier dificultad o duda que tenga, pues es el profesional indicado para diagnosticar, tratar y recomendar el tratamiento que se ajuste al problema que pueda padecer.

En esta lista se destacan las enfermedades que tratadas con el jugo de limón se ha visto a través de la experiencia como han sido superadas o curadas con el uso intensivo y limitado del limón:

Problemas estomacales, obesidad, indigestión, gastritis, intoxicaciones producidas por comidas abundantes, enfermedades del corazón, palpitaciones, dolores de cabeza, cáncer, problemas en los riñones, uretritis, enfermedades del hígado, trastornos urinarios, hemorragias, tuberculosis, enfermedades de las linfas, acné, catarros, resfríos, gripes, fiebres de todo tipo, problemas causados con inyecciones, úlceras, afecciones de la piel, caspa, seborrea, herpes, inflamaciones del estómago por ventosidades, sarna, difteria, parásitos internos y externos, escarlatina, viruela, escorbuto, epilepsia, insomnio, tifus, problemas de nervios, ansiedad, depresiones, hipocondría, melancolías, pólipos, inapetencia, desgano, falta de concentracion, hinchazones, enfermedades de los pulmones, tabaquismo, adicciones varias (actúa favorablemente junto con Pasionaria), caída del cabello (se utiliza frotando el cuero cabelludo con una mezcla de jugo de cebollas), mordeduras de animales, estreñimiento, diabetes, actúa como reeemplazante del yodo en casos de que se carezca del mismo en heridas, envolviendo a la herida mojada en jugo de limón. Malaria, apendicitis, paludismo, diarrea, caída del estómago, enfermedades de la matriz, problemas de la vegija, cálculos, beriberi, calcificacion arterial, abcesos en el estómago. Tambien es eficaz contra la picadura de insectos, aplicando su jugo en la piel y tomando el jugo de 30 a 50 limones.

¿Por qué unos engordan y otros no?.

 

Hombres y mujeres, jóvenes y adultos, activos y sedentarios…

¿Cómo es posible que de dos personas que comparten la misma dieta, una se vuelva obesa y diabética mientras otra mantiene una figura esbelta?

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El metabolismo depende de varios factores como el peso, la altura, el sexo, y la edad de las personas, variables que a la vez influyen en la cantidad de músculo que tenga nuestro cuerpo.

Un cuerpo con mayor porcentaje de masa muscular en relación con la cantidad de grasa que tiene, quema más calorías sin moverse que un cuerpo más “fofo”, que tiene más grasa y/o menos masa muscular. Esto explica por qué a las mujeres les cuesta más bajar de peso que a los hombres.

A diferencia de los hombres, ellas acumulan grasa extra en las caderas y cintura que está destinada a funcionar como fuente de energía para el bebé durante el embarazo. Al tener una mayor proporción de grasa que de músculo, su metabolismo es más lento y queman menos calorías.

Hasta los 25 años, una mujer sana tiene hasta un 22% de grasa en su cuerpo. A partir de entonces, el porcentaje sube progresivamente hasta superar el 31% después de los 60. En el hombre, el porcentaje aceptable de grasa pasa de 15% hasta los 25 años a un 23,5% pasados los 60.

Me engorda hasta el aire...

No en vano muchas personas ven como, pese a comer lo mismo y hacer el mismo ejercicio que otras, pierden peso más lentamente. ¿Cuál es la explicación científica a este fenómeno? Un estudio publicado en The Lancet trata de darnos las respuestas.

Parece ser que la composición corporal influye en el gasto de calorías. Así, consumiendo el mismo número de calorías una persona con sobrepeso puede engordar más que alguien que ya esté delgado, porque el tejido no graso (como por ejemplo los músculos) quema más calorías para funcionar que la misma cantidad de tejido graso.

Paradójicamente esta ganancia de peso suele darse de forma más lenta y mantenida en el tiempo en una persona obesa que en una delgada, ya que su organismo necesita calorías extra para ir manteniendo su sobrepeso. Esto explica por qué cuando estás delgado puedes darte cuenta más fácilmente de que estás engordando, lo que ayuda a ponerle remedio antes.

Pero eso no es todo: “el gasto de energía de la actividad física también es proporcional al peso corporal en sí”, apunta Kevin D. Hall, autor principal de la investigación. O, lo que es lo mismo, las personas que padecen obesidad o sobrepeso queman más calorías cuando empiezan a hacer ejercicio, pero a medida que su peso disminuye también lo hace el número de calorías que consumen en cada sesión. Por ejemplo, a la hora de subir escaleras el esfuerzo de una persona de 100 kilos no es el mismo que el de una de 65, y esto se traduce en su gasto energético.

¿Qué implica todo esto a nivel práctico?

Ciertas reglas, como la que afirma que reducir 3.500 kcal en la dieta semanal (500 kcal al día) conlleva una pérdida de peso de medio kilo, no acaban de ser del todo correctas. Para perder peso y, sobre todo, mantenerlo, es más eficaz que la reducción calórica sea más pequeña (250 kcal al día) y se mantenga durante más tiempo. Al no implicar tanto sacrificio, la persona puede acabar adoptando estos nuevos hábitos dietéticos de por vida.

Lo mismo ocurre con la actividad física. Numerosos estudios muestran que, para mantenerse, es vital seguir haciendo ejercicio y pesarse regularmente, concluye el doctor Hall.

Gen asociado a la obesidad

La respuesta podría estar en nuestros genes. En específico en el llamado gen FTO, el primer gen asociado a la obesidad.

Estudios en el pasado han revelado que los adultos que tienen una variante de este gen pesan en promedio más que los que no la tienen. Además, el FTO puede influir en el apetito, lo que hace que la gente no sepa cuando tiene el estómago lleno.

Por otra parte, la gente que no tiene esta variante encuentra más sencillo resistirse a la comida.

Se cree que en algunas personas, como las que no pudieron cumplir su cuota de calorías, el apetito casi no fluctúa, aunque quieran comer más o se les ordene que lo hagan.

"Hay que pensar que es una especie de termostato y que cada persona tiene un punto fijo marcado" explica el doctor Liebel.

"Cuando el peso se reduce debajo de ese punto, el cuerpo se esforzará para recuperar el peso que ha perdido", agrega.

Y aunque el exceso de calorías puede provocar en mucha gente un aumento de la grasa corporal y por lo tanto de peso, su apariencia no parece alterarse.

Esto ocurre porque en lugar de grasa, el peso se incrementa en el músculo a medida que la tasa metabólica de la persona aumenta.

"Los estudios han demostrado que esta tendencia de aumentar músculo y no grasa cuando comemos en exceso está genéticamente determinada", explica.

El paso de los años y el sedentarismo

Uno de nuestros grandes problemas a la hora de evitar el sobrepeso es que el cuerpo va perdiendo naturalmente músculo a medida que envejecemos. De la misma manera, con la edad crecen los depósitos de grasa.

Menos músculo y más grasa equivale a un metabolismo menos activo y a un menor gasto de calorías. Éste es un mecanismo de “defensa natural” del cuerpo frente a la falta de comida que heredamos de nuestros antepasados.

Si somos sedentarios y ya pasamos los 30 años, nuestro cuerpo empieza silenciosamente a quemar cada vez menos calorías. Por esta razón, aún cuando no aumentamos la cantidad de comida que incorporamos, engordamos casi sin darnos cuenta. La cosa empeora si vamos agregando cositas a nuestra alimentación cotidiana.

Consumo de calcio durante la niñez esfundamental para una buena nutrición.

En una muestra que incluye tanto a países desarrollados de Europa y Asia, revela que el consumo de leche por año en Chile es de 130 litros, cifra bajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que señala debe ser de 160 litros persona.

En la adolescencia la absorción neta de calcio aumenta al 30%, sin embargo, si reciben ingestas muy bajas de calcio (< de 500 mg/día) logran un balance menos positivo que los niños menores. Una baja ingesta de calcio lleva a una menor mineralización ósea (MO) y densidad mineral ósea (DMO), que favorece una osteoporosis a edades más tempranas según informa la Federación Panamericana de Leche (FEPALE)

La mineralización ósea se produce debido a un proceso continuo de formación y resorción ósea, necesario para mantener una adecuada homeostasis de calcio y de fósforo. La acreción de calcio al hueso va cambiando a lo largo de la vida, así, durante la etapa de crecimiento es muy intensa especialmente en el último trimestre del embarazo, los primeros 2 años de vida postnatal y la pubertad.

En la concepción queda determinada en los genes la masa ósea máxima que tendrá una persona, la que puede variar de acuerdo a la influencia de factores ambientales. La masa ósea máxima (MOM) se adquiere habitualmente entre los 25 y 30 años de edad, para iniciar desde la cuarta década una disminución paulatina e irreversible, propia del envejecimiento.

El calcio y el fósforo son fundamentales para la mineralización de los huesos. El calcio además participa en reacciones enzimáticas, secreciones hormonales, neurotransmisores, contractibilidad muscular, coagulación sanguínea y es el principal catión de la estructura cristalina del hueso.

El niño y el adolescente tienen un balance de calcio positivo, debido a que la formación supera a la resorción, mientras que el adulto joven presenta un balance de calcio cero, para después de la cuarta década de la vida hacerse negativo debido a una mayor resorción ósea.

Se ha demostrado la gran acreción de calcio al hueso que se produce durante la vida del ser humano, constituyendo los períodos de rápida acreción de calcio al hueso etapas muy susceptibles de sufrir una alteración ante una noxa y dejar secuelas para la vida futura.

Un adecuado peso de nacimiento, una nutrición adecuada de proteínas, calorías y de calcio, una actividad física suficiente, junto a un buen estado de salud, constituyen las condiciones ideales para expresar al máximo el potencial de mineralización ósea, obtener una masa ósea máxima lo más alta posible a la edad de adulto joven y así retrasar la edad de aparición de la osteoporosis, disminuyendo la morbimortalidad por fracturas del adulto mayor

La leche además de ser una fuente importante de calcio para el ser humano lo es también de nutrientes como vitaminas, proteínas y minerales entre otros.

Origen de la información:

Santiago Muzzo Benavides

Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile, Santiago, Chile.

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Brócoli: ¿Alimento Milagro?

 

Se ha estudiado y comprobado sus propiedades contra el cáncer o el envejecimiento de la piel. El sulforafano que contiene ayudaría a luchar contra varias enfermedades.

Hoy es considerado uno de los mejores alimentos funcionales, es decir, que no solo alimentan, si no que también sanan.

Después de muchas investigaciones se ha determinado que los fitonutrientes que contienen los crucíferos, como el brócoli, operan a niveles muy profundos, pues hacen que nuestros genes incrementen la producción de enzimas que desintoxican el organismo, y eliminan todos los compuestos que lo amenazan.

 

¿Qué es el Sulforafano?

Ése es el nombre de un compuesto que se encuentra en grandes cantidades en el brócoli y que parece ser el responsable de las saludables propiedades de este vegetal. Sus beneficios, que comparte con otros miembros de la familia de las coles (plantas crucíferas), han sido objeto de diversos estudios.

Contra el cáncer:

El principal efecto del sulforafano (un compuesto azufrado) es antioxidante. "Por eso, es beneficioso en enfermedades que cursan con oxidación de los tejidos, como el cáncer", señala Jesús Román Martínez, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación.

Una investigación de la Universidad de Alabama en Birmingham publicado en la revista 'Clinical Epigenetics' subraya cómo ciertos componentes de alimentos como el brécol o el té verde pueden reforzar los mecanismos antitumorales naturales del organismo. Según este estudio, el sulforafano es capaz de modificar la expresión de algunos genes implicados en el control del cáncer.

Acción antibacteriana:

En 2009 apareció en la revista 'Cancer Prevention Research' un trabajo en el que 48 personas infectadas por 'Helicobacter pylori'siguieron un dieta rica en brécol o en brotes de alfalfa durante ocho semanas.

Al cabo de ese periodo, los autores procedentes de la Escuela de Medicina Johns Hopkins (Baltimore, EEUU) comprobaron que los niveles de esta bacteria en el tracto gastrointestinal habían descendido mucho en aquéllos que tomaron brócoli. Ahora, un trabajo publicado en 'Science Translational Medicine' sugiere que el poder bactericida también funciona en las infecciones respiratorias. El sulforafano potencia la acción del sistema de limpieza que tienen los pulmones, que no funciona bien en los fumadores o en personas con EPOC. Queda por comprobar si este beneficio observado en el laboratorio se obtiene también a través de la dieta.

Corazón sano:

Muchos de los estudios realizados con el brócoli se han hecho en ratas y los resultados apuntan a un claro efecto protector contra enfermedades cardiovasculares. Una de las últimas investigaciones, publicada en 'The Journal of Agricultural and Food Chemistry', demostró en 2008 que el corazón de los roedores que se habían alimentado con este vegetal durante un mes funcionaba mejor. Según los expertos responsables del trabajo, el brócoli puede disparar la producción de proteínas (tiorredoxina) que protegen contra el daño de las células del corazón.

Antienvejecimiento de la piel:

Una reciente investigación española otorgaba un beneficio más al brócoli. Al parecer, contiene una proteína (denominada BOP) que frena el envejecimiento de la piel y favorece su regeneración en caso de quemaduras. Así lo explican los científicos del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS), dependiente del Consejo Superior de Investigación Científicas (CSIC) y localizado en Murcia.

Fuente de salud:

Además, el brócoli es una excelente fuente de vitaminas, hierro, ácido fólico y fibra, por lo que es muy recomendable para las personas con anemia (déficit de hierro), con problemas de estreñimiento y para las embarazadas, ya que aporta altos niveles de ácido fólico y contribuye a prevenir malformaciones en el feto.