Menu
Escolares participaron en conservatorio sobre las problemáticas y desafíos del cambio climático.

Escol…

186 Mujeres de Villa Alemana, iniciaron el programa jefas de hogar del municipio.

186 M…

Prev Next

    

                                                                                        

 

A+ A A-

 

El estrés hídrico provocado por los efectos del cambio climático se está haciendo sentir
con fuerza en vastas zonas de América Latina, lo que ha movilizado esfuerzos de los
gobiernos locales, agencias multilaterales y empresas relacionadas con esta industria.
Todas abocadas a cuidar este recurso esencial y asegurarse que fluya en la cadena de
suministro sin contratiempos.
Los datos son reveladores. Según los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del
PNUD, la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial; más de 40
países experimentan hoy estrés hídrico y 10 de ellos están a punto de agotar su
suministro de agua dulce renovable, dependiendo de fuentes alternativas. El aumento de
las sequías y la desertificación están empeorando estas tendencias. Las estimaciones
apuntan a que una de cada cuatro personas se verá afectada por escasez recurrente de
agua al 2050. Los aumentos de población significan que podría necesitarse un 120% más
de agua.
Lo más grave para nuestros efectos, es que varios de los países más afectados por este
fenómeno corresponden a nuestro continente. Aunque parezca un contrasentido,
Colombia, por ejemplo, es uno de los nueve territorios del mundo con mayores recursos
de agua, pero un tercio de su población urbana está afectada por estrés hídrico, debido al
cambio climático y el crecimiento demográfico. Según estudios realizados por el Instituto
de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de ese país, 391 municipios ya están
expuestos al riesgo de escasez de agua.
Además, persisten deficiencias considerables en los servicios de agua: La cobertura del
abastecimiento de agua gestionado de manera segura es de 73% a nivel nacional (40%
en las zonas rurales) y la cobertura del saneamiento gestionado de manera segura a tan
solo el 17%.
Otro tanto ocurre en el nordeste de Brasil, región donde cualquier cambio en su
abastecimiento de agua genera severos problemas socioeconómicos para la población.
Veamos un ejemplo revelador: Brasil es el mayor productor de café del mundo, enfrenta
una de sus peores sequías en casi un siglo y se teme que la cosecha descienda
considerablemente si las lluvias no alivian la sequía. Eso es sinónimo de más pobreza y
de competencia por el recurso: consumo humano vs. agricultura.
Chile ofrece otro dramático ejemplo. Es uno de los diez países del mundo más afectados
por el cambio climático y, según cifras del Ministerio de Obras Públicas, las empresas
sanitarias necesitan invertir al menos US$ 700 millones en los próximos cinco años para
garantizar el suministro, lo que incluye pozos de mayor profundidad para captar agua de
acuíferos; tuberías para unir embalses con plantas de tratamiento y nuevas plantas
desaladoras.
En este panorama, ¿cómo la tecnología puede hacer un aporte contundente para que un
recurso esencial pueda llegar a los usuarios sin contratiempos?

Los problemas de inseguridad para esta cadena de valor, principalmente se relacionan
con las amenazas a la infraestructura. Normalmente estamos hablando de infraestructura
crítica ubicada en páramos y represas, es decir lugares alejados con personal acotado, lo
que las hace foco de robos, vandalismo, sabotaje.
El concepto de “servicios públicos seguros” surge para re imaginar todo el potencial de la
tecnología y aplicarlo de forma inteligente, a partir de la adopción de un ecosistema
‘integrado’ que permita todo este flujo de información en tiempo real, brinde análisis y,
finalmente, facilite una rápida toma de decisiones para toda la cadena de valor del servicio
y un sistema que prevenga, proteja y active la respuesta en momentos críticos.
Para el caso del suministro del agua, el mayor desafío de la integración consiste en la
variedad de sistemas y tecnologías utilizados en la cadena. Radios que no se comunican
con teléfonos móviles, imágenes que no se pueden compartir entre diferentes
dispositivos, redes opuestas, fallas de conectividad, extensos tiempos de análisis y, en
consecuencia, largos tiempos de respuesta, lo que conlleva a situaciones casi siempre
críticas. La información debe fluir como el agua, es decir, donde se necesita y en tiempo
real.
Afortunadamente, la pandemia no detuvo la innovación y lo que antes era un obstáculo se
ha convertido en un puente. A través de la solución Radio Alert los radios digitales hoy
pueden interoperar con soluciones de video, haciendo posible un ecosistema de
tecnología realmente integrado que permite reconocer eventos importantes, anticipar
acciones y ayudar a prevenir situaciones antes de que sucedan.
Las soluciones inteligentes de video seguridad se han vuelto cada vez más necesarias
pues permiten tener ojos en la cadena sin necesidad de estar en el punto del incidente de
manera presencial. Si una cámara realiza una detección, ya sean cámaras fijas o
corporales, hay medios de análisis que combinan esos datos, medios que reportan la
información ya procesada de forma inteligente y medios que actúan para notificar a los
equipos y solucionar el problema, si es que lo hay. En otras palabras, permiten que la
cadena operativa del suministro opere de manera integrada y coordinada.
La integración de las tecnologías también aporta beneficios predictivos, lo que significa
una mayor seguridad para garantizar que se gestionen de manera rápida los problemas,
desde los más sencillos hasta los más complejos, antes de que se conviertan en
incidentes.
El agua es oro y el ecosistema de Motorola Solutions nos permite abordar el recurso
desde cuatro pilares: Supervisar y proteger las instalaciones —sistemas de estanques
siempre amenazado por crecidas, aluviones e, incluso, atentados—; analizar y monitorear
lo que ocurre en extensas instalaciones con áreas de seguridad, espacios públicos,
equipos críticos, visitantes, proveedores y personal; comunicar para mantener a sus
equipos conectados e informados de las alertas críticas, y responder, ya sea ante un
incidente de todos los días o una situación de emergencia.
A medida que se va agotando este recurso es necesario repensar la operación del
suministro de agua y llevarla a un siguiente nivel con la ayuda de la tecnología. El
ecosistema de tecnologías bajo el concepto de “Seguros Públicos Seguros” proporciona la
seguridad física y la eficiencia operativa necesarias para garantizar que la información
fluya como el agua, donde se necesita y en tiempo real.

Por John Ávila, Experto en innovación en seguridad para Empresas de Motorola Solutions