Menu

 

 

 

 

A+ A A-

Experto sostiene que el MOP es responsable de la emergencia provocada por desborde del Mapocho.

 

“Si la empresa no tomó los resguardos adecuados, significa que el Ministerio de Obras Públicas no fiscalizó bien. Esa es su función: preocuparse de que la obra salga bien”, sostiene taxativo el académico de la Facultad Tecnológica de nuestro Plantel, Dr. Lucio Cañete. Como es de conocimiento público, el desborde se produjo por los trabajos que una empresa privada realiza en la autopista Costanera Norte.

“Si la empresa no tomó los resguardos adecuados, significa que el Ministerio de Obras Públicas no fiscalizó bien. Esa es su función: preocuparse de que la obra salga bien”, sostiene taxativo el académico de la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago, Dr. Lucio Cañete. Como es de conocimiento público, el desborde se produjo por los trabajos que una empresa privada realiza en la autopista Costanera Norte.

Para el Doctor en Ciencias de la Ingeniería, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) debe asumir los costos que trajeron las inundaciones.

“El MOP es el responsable de esto, porque otorgó una obra pública a un concesionario y tiene que hacerse responsable de a quién se la entregó y de hacer las fiscalizaciones pertinentes”, afirma el experto.

¿De quién es la responsabilidad?

Desde la concesionaria, argumentaron que el canal que trazaron fue autorizado por el MOP hasta el 1 de mayo de este año, considerando una revisión de los caudales que el río Mapocho ha tenido históricamente en el mes de abril. A su vez, el Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, sostuvo que el jueves pasado hizo observaciones respecto a que la medida adoptada no sería efectiva frente a la mala situación atmosférica que se avecinaba.

Sin embargo, para el Dr. Cañete, que imparte la asignatura de Formulación y Evaluación de Proyectos Tecnológicos, el que se hayan realizado malas decisiones tiene absoluta relación con cómo el estado vigiló la construcción y con qué asiduidad inspeccionó las faenas.

Agrega que ante un proyecto de tal envergadura como el Plan Santiago Centro Oriente, que comprende importante infraestructura vial que descongestionará de forma considerable el desplazamiento vehicular en el sector oriente de la capital, el MOP debió ser muchísimo más riguroso.

“Debió estar supervisándolo, controlándolo y tener las medidas de resguardo pertinentes, independiente de los datos que hoy se están manejando de los caudales”, subraya el experto.

El Dr. Cañete afirma que, en caso de que el MOP argumentara que la concesionaria entregó un informe y que los datos utilizados no eran reales, el servicio público debe pedir respuestas a la empresa privada. Aclara, no obstante, que aquello no lo redime de responder ante el país. “Ante la ciudadanía, el MOP es el responsable”, concluye.

Desborde del río

El desborde del río Mapocho en Providencia provocó importantes problemas de desplazamiento, debido a que algunas de sus principales arterias se transformaron en verdaderos afluentes. Asimismo, el comercio vivió una de sus peores jornadas al registrar pérdidas, en algunos casos, catastróficas. La razón de la crisis fue -precisamente- el plan de contingencia que la concesionaria Costanera Norte y la empresa constructora Sacyr realizaron para combatir el frente de mal tiempo.

Como se conoce, Costanera Norte y Sacyr trabajan en el lecho del río en el contexto de Plan Santiago Oriente para descongestionar ese sector de la capital.

La solución consistió en la construcción de un canal que impidiera que el agua ingresara en las estructurar en proceso de edificación (túneles). Sin embargo, el cauce artificial estaba pensado para albergar un caudal máximo de 80 metros cúbicos por segundo, lo que entre las 5.00 y las 8.00 de la mañana del domingo, fue ampliamente superado cuando llegó a 120.

Por Fernando Abarca Back.

No existe en el país: Experto informático urge por una institucionalidad que centralice el manejo de datos.

 

En concordancia con propuestas que han hecho entidades como la OCDE, el académico del Departamento de Ingeniería Informática de la Universidad de Santiago, Dr. Mauricio Marín, plantea que Chile requiere abordar seriamente la gestión y explotación de los datos.

Tal como lo han hecho diversos actores –uno de los más relevantes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), recomendó al país crear una agencia para la digitalización y un viceministerio-, el académico del Departamento de Ingeniería Informática de la Universidad de Santiago, Dr. Mauricio Marín, llamó a las autoridades nacionales a priorizar la creación de una institución que se ocupe de la gestión de datos.

El también director del Centro de Tecnologías de la Información para Aplicaciones Sociales (CITIAPS) del plantel estatal explicó que “en Chile no hay ninguna entidad o institución que se haga cargo de centralizar los datos, custodiarlos y hacerlos disponibles al público. Se han visto iniciativas de los gobiernos regionales o los ministerios, pero ninguno tiene los fondos ni las capacidades técnicas para mantener un sistema funcionando de manera sustentable en el tiempo”.

De concretarse esta nueva institucionalidad, el académico sostiene que los planteles universitarios debieran ser los primeros en “demandar que exista la filosofía de que los datos puedan ser explotados por terceros, con la debida protección a la privacidad de las personas, para crear aplicaciones de software destinadas a mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad”.

Asimismo, enfatiza que “no solo se trata de dar disponibilidad a los datos con metodologías como Open Data (modelo estándar para la publicación de datos), sino que también se deben proporcionar los medios y la infraestructura necesaria para procesar esos datos”.

De esta manera, subraya el Dr. Marín, el ideal es contar con plataformas de software operando sobre los datos que permitan estimular la creatividad de los desarrolladores de software con que cuenta el país “para crear aplicaciones que vayan en beneficio de la comunidad ayudando a mejorar las condiciones de vida de las personas, y no solo para entender o supervisar los actos de Gobierno y del Parlamento, por ejemplo”.

Además, acota el experto, al contar con plataformas que faciliten el procesamiento de grandes volúmenes de datos, disponibles al público de manera abierta, las distintas entidades públicas o privadas podrán llamar a concursos y torneos en distintas áreas temáticas donde la ciudadanía se podrá manifestar con buenas ideas. “En ese momento, las universidades a través de sus académicos y estudiantes, que siempre tienen ideas creativas, podrán proponer soluciones a distintos tipos de problemáticas sociales”, destaca.

Fondos para proyectos

El Dr. Marín, al igual que otra de las recomendaciones de la OCDE, también apoyó la idea de crear un fondo dedicado al gobierno digital, para respaldar proyectos estratégicos. Esto, debido a que “el costo de construir una plataforma ad-hoc para cada aplicación innovadora de software puede ser muy alto para el desarrollador de software y, por tanto, su ausencia puede desincentivar la creación de productos de software de calidad que sean de utilidad real para el bienestar de la sociedad”.

De implementarse este fondo, el experto detalla que se podrían financiar ideas que “estimulen el emprendimiento digital, donde las aplicaciones de software tengan un fuerte componente de innovación basada en ciencia, constituyéndose en un nuevo canal de transferencia tecnológica desde las universidades y centros de investigación hacia la comunidad”.

Finalmente, el académico recalca que la propuesta permitiría dar origen a un nuevo concepto que se centraría en estimular e impulsar el avance “de un ecosistema de desarrollo de aplicaciones de software para explotar los datos disponibles al público. En definitiva, esta nueva institucionalidad debería fijarse ese tipo de metas”, concluye.

A dos años del mega incendio que afectó a Valparaíso.

 

Al cumplirse dos años del devastador incendio que afectó a Valparaíso y que dejó 15 muertos y 12 mil damnificados, como Izquierda Libertaria – Sección Valparaíso, nos pronunciamos ante la realidad social del territorio porteño:

El gran incendio que afectó a siete cerros de Valparaíso entre los días 12 y 16 de abril de 2014, convirtiéndose en uno de los siniestros urbanos de mayor envergadura en la historia de nuestro país, dejó al descubierto una realidad oculta tras la declaración de Patrimonio de la Humanidad el año 2003. Realidad invisibilizada tras el carácter turístico y patrimonial de la ciudad, condición que hoy está por fuera de los estándares en relación a la calidad de vida del patrimonio humano.

Las lógicas impulsadas por el llamado “Plan de Reconstrucción” - con una inversión de 510 millones de pesos - se pensaron dentro de un proceso integral y que debía desarrollarse a escala ciudad, conectividad, condiciones ambientales, seguridad y espacios públicos. Sin embargo, a dos años de ocurrida la catástrofe, la concreción de este plan presenta vacíos importantes, negligencias a nivel de gobierno central y municipal, y un estado de avance precario e irregular.

Lo anterior, queda en evidencia con las más de 500 familias que a la fecha continúan esperando sus viviendas. La burocracia institucional y las características naturales del territorio porteño nunca antes consideradas en la planificación urbana, han sido algunas de las principales limitantes en el proceso de reconstrucción. Por lo que los escenarios de habitabilidad se continúan cimentando en relación a lógicas de emergencia y no en función de una mirada a largo plazo que se enmarque en las particularidades del territorio. Valparaíso hoy continúa en la incertidumbre, incapaz de vislumbrar si están o no las condiciones para enfrentar una posible próxima catástrofe. Nuevamente se reconstruye una ciudad para la emergencia.

Es por esto que como Izquierda Libertaria rechazamos profundamente el estado de abandono y deterioro progresivo que consume a nuestra comuna, tras años de gestión corrupta y negligente. Los soportes que los barrios requieren, como conectividad, escuelas, consultorios y áreas verdes, continúan relegados de las partes altas y de mayor riesgo, reproduciendo la lógica de pensar la ciudad desde abajo hacia arriba.

Rechazamos también la determinación del Fiscal Cristián Andrade, quien tras la investigación que buscaba encontrar a los responsables del siniestro resolvió cerrar la causa. Hecho que sin duda contribuirá a la invisibilización del estado actual del proceso de reconstrucción, que más allá del incumplimiento habitacional, continúa levantando una ciudad que segrega y no reconoce la identidad territorial porteña.

Estamos convencidos de que el verdadero patrimonio de Valparaíso son sus hombres y mujeres, quienes sostienen y hacen renacer una ciudad en abandono. Quienes con su trabajo han logrado autogestionar espacios de organización y colaboración que hoy tienen una proyección inminente en relación a la toma de decisiones dentro del territorio y la comunidad. Actualmente, las y los porteños se sobreponen a la tragedia no gracias a soluciones gubernamentales, sino que a través de su autodeterminación.

La crisis social, consecuencia de la catástrofe, surge para evidenciar una vez más a la crisis política como primer eslabón de esta cadena. En este sentido, el desafío es volver a repensar Valparaíso como ciudad única y establecer una política urbana local que permita solucionar de raíz cada uno de los problemas sociales, ambientales, y urbanos, confluyendo hacia políticas públicas para la comunidad y su territorio.

Hacemos también un llamado a todas las fuerzas sociales y políticas de la comuna a unirse en el trabajo por una mejor calidad de vida para la Ciudad Puerto. Entendiendo que solo la organización desde el territorio permitirá sobreponerse a las condiciones adversas que presentan estas históricas circunstancias donde, más allá de los subsidios no entregados o las construcciones abandonadas, existe la oportunidad de mirar a Valparaíso desde su historia y su gente.

Izquierda Libertaria
Sección Valparaíso

Premio Nobel de Química exige a empresarios mayor responsabilidad social.

 

Para enfrentar el Cambio Climático:

El asesor ambiental del Presidente estadounidense Barack Obama, el ingeniero mexicano Mario Molina, realizó una clase magistral en la Universidad de Santiago, donde subrayó que la principal responsabilidad del calentamiento global la deben asumir los líderes y gobernantes.

“Como sociedad tenemos una responsabilidad con las futuras generaciones. Debemos despertar la responsabilidad social de los empresarios”, sostuvo el mexicano Mario Molina, Premio Nobel de Química en 1995, durante una clase magistral realizada en el coloquio organizado por la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago ‘Cambio Climático: ¿Cómo la ciencia contribuye con soluciones?’.

El Doctor Honoris Causa del plantel estatal ha orientado su trabajo científico en diversos ámbitos. Fue uno de los pioneros en establecer la relación de los compuestos de cloro y bromuro en la estratósfera y el agujero de ozono, y dio un importante salto hacia la política del medio ambiente, desafío que incluso lo ha llevado a desempeñarse como asesor ambiental del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Entre sus propuestas, destaca la enseñanza de la ciencia entre niños y niñas. “Se vuelven tan ambientalistas, que son ellos, en sus casas, quienes presionan a sus familias para evitar que tengamos tantas emisiones contaminantes, pero esto es algo que demora. Por lo que primero tenemos que enfocarnos en los líderes y gobernantes”, sentenció.

No obstante, el Dr. Molina reconoció que “una parte importante de la comunidad empresarial está de acuerdo con nosotros en tomar las medidas que sean necesarias para resolver el problema del cambio climático”.

"No hay una solución mágica para resolver el problema, sino que muchas acciones simultáneas", afirmó el investigador, entre las que mencionó la necesidad de controlar la deforestación, disminuir el uso de energías fósiles, utilizar energías renovables y poner precio a la emisión de gases de efecto invernadero.

El Premio Nobel de Química advirtió que tan importante como tomar medidas personales, es hacerlo de una manera en que los gobiernos comprendan que se trata de un tema de enorme valor para la ciudadanía. “Entonces, los políticos sabrán que están respondiendo a una demanda de la sociedad. Y veo que los estudiantes, al conversar con ellos, demuestran que están muy interesados en participar”, dijo.

Sin embargo, insistió en que estos deben aprender a expresarse con claridad y también a comunicarse con estudiantes y profesionales de otras disciplinas. “Los problemas de la sociedad muy pocas veces los podemos resolver solamente dentro de una disciplina”, manifestó el experto.

Finalmente, el Dr. Molina se refirió a su rol como asesor del presidente Barack Obama, reconociendo que lo más complejo es tomar conciencia de las barreras políticas que existen.

“Lo más satisfactorio es ver que muchas de las políticas públicas que se han implementado en Estados Unidos son el resultado de lo que hemos podido transmitir el equipo de veinte científicos que lo asesoramos”, explicó.

Por Fernando Seymour Dobud y Nicolás Gaona Reydet

Cuidemos nuestro Patrimonio Arqueológico.

 

En incontables ocasiones se ha hablado de la gran riqueza arqueológica que

posee el valle de Aconcagua, muchos dicen coloquialmente que “si levantamos

una piedra, encontramos algún vestigio arqueológico”. Lo cierto es que

lamentablemente no se han hecho todos los esfuerzos necesarios y, a pesar de

ser muy numerosos, los sitios arqueológicos son bastante desconocidos y los

pocos que se pueden visitar, no han sido bien cuidados, con la irremediable

pérdida de conocimiento acerca de nuestros antepasados que eso acarrea.

Este año 2016 debemos alimentar nuestra conciencia patrimonial, interesarnos por

conocer la prehistoria del valle, difundir su gran valor científico y aportar para que

se conserven para las nuevas generaciones.

Un caso particular de este patrimonio, son los petroglifos. Los petroglifos o

grabados en las rocas fueron elaborados en el período Intermedio Tardío (900 –

1450 después de Cristo) y en el período Tardío o Inka (1450-1536 d.C.), es decir,

pueden llegar a tener más de mil años, y se contabilizan más de cincuenta

sectores descubiertos hasta el momento en el curso superior del valle del

Aconcagua, siendo común que en paseos familiares y con amigos, observemos su

presencia.

Ante esta situación donde una gran cantidad de petroglifos se encuentran

expuestos a visitas y descubrimientos, es necesario que apliquemos las siguientes

recomendaciones:

- Abstenerse de tocar las rocas con grabados, ya que la grasa de nuestras manos

y el mismo roce puede ocasionar deterioros y alteraciones. No subirse, ni saltar, ni

posar sobre las rocas con petroglifos.

- Para registrar los motivos y/o quedarnos con el recuerdo, podemos tomar

fotografías, nunca rayar, pintar o grabar las piedras porque cualquier dibujo

adicionado, dificulta la lectura de los petroglifos.

- Jamás extraer parte de la roca, aunque se encuentre deplacada (superficie

descascarada), ya que muchos petroglifos se relacionan con fenómenos

astronómicos, por tanto si alteramos su ubicación, también se pierde información

arqueológica.

- Evitar excavar en los alrededores, aunque se hallen vestigios superficiales. Hay

que aclarar que lo valioso es el contexto arqueológico, no las piezas por sí solas,

ya que éstas solo pueden ser interpretadas en relación a los elementos

adyacentes. Sólo los arqueólogos están capacitados para efectuar excavaciones y

para hacerlas requieren del permiso del Consejo de Monumentos Nacionales.

- Abstenerse de botar basura en los alrededores de los sitios arqueológicos,

debemos recordar el cuidado de nuestros hermosos paisajes naturales y

culturales.

- Avisar a adultos (en el caso de niñas y niños), vecino(a)s y autoridades locales,

si perciben alteraciones o daños en los lugares con petroglifos, así mismo, alertar

si existe información de algún proyecto de desarrollo que en su ejecución afecte a

estos espacios, para informar a los responsables de cada comuna (encargados de

Cultura, Museos, Consejo de Monumentos Nacionales u otros).

Estas representaciones y otros yacimientos arqueológicos son el único vínculo que

nos une con nuestros ancestros, constituyen un patrimonio de todos, pero un

patrimonio frágil y sólo depende de nosotros, y de los arqueólogos del presente y

del futuro, que podamos lograr acceder a mayor información acerca de los

habitantes del pasado. Que el Valle de Aconcagua sea reconocido como un

"Territorio Arqueológico”, sólo depende de nosotros.

Gabriela Carmona

Investigadora de Patrimonio Arqueológico, Centro de Investigación en Turismo y

Patrimonio